lunes, 7 de enero de 2013

Él

¿Saben como me lo imagino?, a sus 9 años, llorando, con la almohada húmeda, rogando porque su madre lo abrace en la mañana, rogando porque todo esto de la separación sea mentira.

Habían días en que se recostaba en mi pecho, y lo imaginaba pequeño, solo, me invadia una angustia inexplicable, lo abrazaba tan fuerte, tan fuerte que el suspiraba.

A donde nos llevó la vida, a odiarnos con fuerza, y herirnos tanto, ¿a donde nos lleva la vida?, me pregunto entre canciones dedicadas, olvidadas y muertas.

Me escribió, si, un correo, un mail, arrepentido, quien sabe si es verdad, ya no le creo ni a dios. Y es asi, me he convertido en un total zombie, sin esperanzas, sin vida aparente, deambulando por las veredas con flash backs juntos de la mano.

"Estoy 'cagá', mi ex me dejo asi," le dije a un amigo, y no es que aún lo ame, la realidad es que ya no hay ganas de creer en nada después de su gran teatro.

A veces, lo odio, otras me da pena su vida de mierda, otras veces, ni siquiera lo pienso, como hay otras que cada cosa me lo recuerda.

La gente se excusa, él se excusa, yo me excuso, las excusas sobran en este mundillo de zombies. Olvidamos quienes fuimos porque alguien nos hizo tanto mal, cambiamos, nos desechamos, nos reinventamos, y al final, el miedo nos lleva al mismo círculo vicioso sin quererlo.


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