viernes, 8 de mayo de 2015

"Mamá no existen los Mostios"

Una noche tenía mucha angustia, miedo, y todos esos sentimientos que te embargan, te ahogan. 

Le dije a mi hijo, "tengo tanto miedo" y lo abracé; recibí un abrazo devuelta, sus manos en mi cara y unas palabras alentadoras "mamá no existen los mostios", lo abracé más fuerte y reí a carcajadas con él.

Cuando crezca entenderá que la vida está llena de monstruos, buenos y malos, como en las películas. El peor de todos será el pasado.

Ojalá su infinita inocencia contagiara a todos; y los monstruos se fueran para siempre de nuestras cabezas, dejándonos descansar en paz por las noches...

Hay quienes tienen monstruos persistentes y latentes, esos que nos dejaron una huella indeleble, por quienes somos lo que somos hoy, por quienes actuamos como actuamos. Muchos quisiéramos que no fuera de esta manera, pero éstas marcas son tan dolorosas que nuestros pasos nos llevan a evitarlas, sea como sea; y es ahí donde fallamos, dañamos, y nos convertimos en monstruos de alguien más.

Cada vez que vómito esas palabras hirientes y él me mira con su cara de desconcierto, me doy cuenta del monstruo que soy, y entra ese pánico que te acalambra los huesos. No quiero ser ese monstruo del cual huí, no quiero convertirme en ese dolor o esa marca en alguien de quien amo. Esto es como una montaña rusa que solo desciende, y no se como frenar. "Los escudos son para el resto Vane, no para tu pareja"... ¿es que siempre andaré lista para defenderme sin que me ataquen?

Estoy colocando minas subterráneas por el mismo camino donde andaré, ¿como le explico a mi hijo, que los monstruos existen y que me convierto en uno de ellos?...


miércoles, 18 de marzo de 2015

Mardy-Bum

Hay canciones que simplemente me oprimen el pecho, en cuanto escucho la primera melodía. Tantos sentimientos a flor de piel, quisiera llorar a mares, por cosas buenas y malas, que vienen a mi cabeza.

Amores que fueron y que se desvanecieron en el aire, amores de antaño que dejan en mi lo que ahora soy.

A veces, cuando lo beso siento que es un extraño, y me consume el pánico, lo abrazo fuerte, olfateo su cuello, su aroma es familiar, es él, si es él.

Hay canciones que me lo recuerdan y las repito como tres o cuatro veces. Recuerdo su legua saboreando mi cuerpo, su respiración agitada, sus ojos recorriendo mi rostro. Sus besos me saben a eso que alguna vez tuve... amor descontrolado, desbordado, pero esta vez me aterra...

Ya no quiero este miedo que me consume las entrañas, quiero amar sin pensar en consecuencias, pero por la puta que es difícil cuando te hacen mierda las ilusiones.

Ok, debo reconocer que estoy un poco loca, pero a el le gusta eso, me lo repite casi a diario.

Lo deseo como nunca desee a alguien, me masturbo pensando en el cuando lo extraño. Es cuático, lo sé, nunca me había pasado... quizás es porque no podemos "tirar" todo lo que quisiéramos... y si pudiéramos...

No le cuento estas cosas a nadie, pero las escribo. Las minas te juzgan si promueves la masturbación femenina, no entiendo muy bien porque. Antes, no la practicaba por puros temas tabúes y machistas sociales. Ahora lo disfruto.

Este es el punto en que debo decir que disfruto a plenitud mi sexualidad, se suponía que eso pasaría a los 40 según estadísticas mediocres de generaciones culiadas anteriores.

Y todo se vuelve tan sexual otra vez, quiero que explote mi cabeza en mil orgasmos que solo el sabe darme. y me aterra amarlo como lo amo, pero lo amo mas que la chucha.

El amor es como la cerveza, no sientes los efectos hasta que todo pasa y despiertas con una caña del terror; por eso cuando tomo mucha cerveza mi cuerpo dice basta y paro, pero cuando me enamoro el corazón no da avisos de "embriaga-miento", todo se vuelve un caos cuando despierto, y esta vez, no es la cabeza la insoportable, son los dolores del alma, las frustraciones...

Me dedicó una canción de los Artic Monkeys, Mardy-bum, encajo bien en el papel de odiosa, mal genio, y me encanta, la repito y repito en mi playlist, en fin... Esto no es lo mejor que he escrito, aún soy una pendeja en estos misterios del amor culiao, y sigo con los mismo miedos de escritos anteriores.