viernes, 8 de mayo de 2015

"Mamá no existen los Mostios"

Una noche tenía mucha angustia, miedo, y todos esos sentimientos que te embargan, te ahogan. 

Le dije a mi hijo, "tengo tanto miedo" y lo abracé; recibí un abrazo devuelta, sus manos en mi cara y unas palabras alentadoras "mamá no existen los mostios", lo abracé más fuerte y reí a carcajadas con él.

Cuando crezca entenderá que la vida está llena de monstruos, buenos y malos, como en las películas. El peor de todos será el pasado.

Ojalá su infinita inocencia contagiara a todos; y los monstruos se fueran para siempre de nuestras cabezas, dejándonos descansar en paz por las noches...

Hay quienes tienen monstruos persistentes y latentes, esos que nos dejaron una huella indeleble, por quienes somos lo que somos hoy, por quienes actuamos como actuamos. Muchos quisiéramos que no fuera de esta manera, pero éstas marcas son tan dolorosas que nuestros pasos nos llevan a evitarlas, sea como sea; y es ahí donde fallamos, dañamos, y nos convertimos en monstruos de alguien más.

Cada vez que vómito esas palabras hirientes y él me mira con su cara de desconcierto, me doy cuenta del monstruo que soy, y entra ese pánico que te acalambra los huesos. No quiero ser ese monstruo del cual huí, no quiero convertirme en ese dolor o esa marca en alguien de quien amo. Esto es como una montaña rusa que solo desciende, y no se como frenar. "Los escudos son para el resto Vane, no para tu pareja"... ¿es que siempre andaré lista para defenderme sin que me ataquen?

Estoy colocando minas subterráneas por el mismo camino donde andaré, ¿como le explico a mi hijo, que los monstruos existen y que me convierto en uno de ellos?...