lunes, 16 de diciembre de 2013

Escupiendo Palabras

Se aferran a sus cosas como si de esto dependiera la vida. se aferran a programas estúpidos lejanos a la realidad por miedo a enfrentar todo. La sociedad de los cobardes consumistas, la sociedad de los cobardes eyaculadores de fantasías.

No me hablen de promesas, ni mis padres las cumplieron, y pretenden que crea que por fin las grandes Alamedas serán libres... ¿libertad? bah porquerías, utopía barata, se creen libres porque tienen sexo con quien quieren, porque eligen su ropa y el copetito que se les antoja.

Los poderosos mienten. Se lo recuerdo por si se le olvido.

La gente camina como ovejitas en su redil asintiendo a todo lo que se les imporne. La gente vé tele y cree todo lo que esta le dice. La gente lee el diario y cree todo lo que ve. La gente prefiere que le metan el dedo en la boca y llegue hasta la garganta.

Hablan de lo mismo, se quejan, se ríen, y siguen metidos en lo mismo. No se cansan de la estúpidez masiva, la fomentan como una vitamina. Todos contagiados caminan como si nada por las calles y siguen haciendo lo mismo.

Mi país excluye al diferente, al extranjero, al ocioso, al artista en extremo, al obsesivo compulsivo, al naturista, al abstemio, sin embargo, se jacta de ser el mejor en latinoamerica.

Nadie entiende que las personas son "personas" por sus valores, no por sus bienes. Los padres no entienden que al niño le falta afecto y le sobran videojuegos. Siguen su rumbo de suplantar la culpa.

Me empujan, no me dan el asiento, tengo como 7 meses de embarazo, se hacen los dormidos, miro por la ventana, ya es de noche, estoy cansada de todo, la amabilidad no se percibe ni en mis cercanos.

Vuelvo al presente, mi pequeño le hace gracia a una vieja en la calle, ella no lo mira, va sumergida en su amargura.

A veces tengo rabia, por eso escupo estas palabras. Es mejor no creer en nada.